lunes, 4 de junio de 2018

POR QUÉ EN LA REPÚBLICA DOMINICANA HAY UN PUEBLO QUE SE LLAMA COMENDADOR?


Según las informaciones que hemos podido reunir, en el mundo hay tres lugares que llevan el nombre de Comendador. Dos de esos lugares están en Brasil y el otro está en la República Dominicana. Los de Brasil se llaman Comendador Gomes y Comendador Levy Gasparian, respectivamente. El primero es municipio del Estado de Minas Gerais, y el segundo, municipio del Estado de Río de Janeiro. El Comendador dominicano es el municipio principal de la provincia Elías Piña, y está ubicado en la frontera dominico-haitiana. Aunque sin muchas pruebas documentales, se da como un hecho que en 1492, cuando los españoles llegaron a la isla, el territorio donde tiene su asiento el municipio de Comendador era sede de “El Duán”, uno de los 26 nitaínos en que estaba dividido el extenso Cacicazgo de Jaragua, dirigido en ese momento por el cacique Bohechío y luego por su hermana Anacaona, quien asumió la dirección del reino tras el fallecimiento del primero. Ahora bien, ¿cuándo y por qué se le dio al antiguo nitaíno de “El Duán” el nombre de Comendador? Es esta una pregunta que hasta ahora ninguno de los estudiosos que han abordado el tema ha respondido satisfactoriamente, aunque todos coinciden en señalar que el nombre honra a Nicolás de Ovando, el tercer gobernador español de nuestra isla y precisamente quien destronó a la reina Anacaona y destruyó el Cacicazgo de Jaragua. Veamos el resto de la historia:

Las palabras “comando”, “comandante” y “comendador” tienen el mismo origen. Se derivan del término “encomienda”, que viene del latin “in commendam”, frase que antiguamente era usada por la Iglesia Católica cuando alguien desempeñaba un cargo eclesiástico temporalmente. De manera, pues, que “commendam” es el acusativo de “commenda”, que quiere decir “confianza” o “custodia”. “Commenda” viene del verbo “commendare”, que significa “poner algo en custodia”. De ahí viene el término Comendador.
La primera definición de “comendador” en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española es “caballero que tiene encomienda en alguna de las órdenes militares o de caballería”. Otro significado de “comendador” en el referido Diccionario es “hombre que en las órdenes de distinción tiene dignidad superior a la de caballero e inferior a la de gran cruz”. Comendador también se les llama a los prelados en algunas órdenes o congregaciones religiosos, entre ellas la de la Merced, lo mismo que al caballero que tiene encomienda o dignidad superior en alguna de las órdenes militares.
Según Wikipedia (La Enciclopedia Libre), el término comendador puede designar a la persona al mando en una institución militar, la persona con mayor jerarquía en algunas congregaciones vinculadas a órdenes militares, a la persona que dirige una diócesis, arquidiócesis o abadía cuya silla se encuentra vacante, al miembro de una orden militar responsable de los archivos de la misma. En la Soberana Orden de Malta, el Gran Comendador es el superior religioso de los Caballeros Profesos y de los Caballeros y Damas de Obediencia.
 (A lo mejor algunos de los lectores de este recuento recordarán al famoso “Comendador Joao Fernández”, el exitoso papel realizado por el actor brasileño Víctor Wagner en la telenovela “Xica da Silva”, escrita por Walcyr Carrasco, dirigida por Walter Avancini y Jacques Lagôaestá y protagonizada por Taís Araújo, con la participación antagónica de Drica Moraes. En esa telenovela se refleja claramente el papel que ejercía un comendador en la época colonial).
Aunque es algo que no se puede establecer de manera contundente, existe la posibilidad de que el nombre actual del municipio de Comendador se haya originado a partir de 1504, fecha en que el entonces gobernador Nicolás de Ovando hizo una incursión militar en el cacicazgo de Jaragua, en el marco de la cual asesinó más de medio centenar de líderes de ese reino indígena, incluyendo a la soberana Anacaona, que en ese momento también gobernaba el cacicazgo de Maguana.
Incluso, hay que dejar abierta la posibilidad de que el jefe del nitaíno de “El Duán” (actual Comendador) estuviera entre los “alcaldes” indígenas que fueron asesinados durante la nefasta incursión de Ovando en Jaragua, pues se trató de un macabro operativo planificado para descabezar de un solo golpe al referido cacicazgo y de esa manera dejar completada la conquista de la isla para la corona española.
“Sobre la matanza de Jaragua, existe una leyenda difundida por generaciones de eliaspiñenses, que señala la posibilidad de que las cenizas mortales de los indefensos aborígenes ahorcados en este hecho inhumano, se encuentren depositadas en una pequeña elevación localizada al oeste del antiguo nitaíno de El Duán, sede actual de la ciudad de Comendador, capital de la provincia Elìas Piña”, afirma el investigador comendadorense Rafael Emigdio Caamaño Castillo, en un importante trabajo que publicó en el portal de internet Barrigaverde.net.
En todas las referencias más o menos antiguas que se tienen hasta ahora se habla simplemente “Comendador”, no obstante la costumbre de los españoles de ponerles nombres largos a los pueblos que ellos mismos crearon en la isla. Este detalle ha llamado la atención de más de un investigador e incluso algunos de ellos han tratado de llenar ese “vacío” y para esto se han basado en el título nobiliario de que se hallaba investido Nicolás de Ovando.
En su libro “Los Carpinteros”, el desaparecido político y escritor Joaquín Balaguer escribe cinco veces el término “Comendador del Rey”, al referirse a la capital de la actual provincia Elías Piña, cuyo ambiente histórico y geográfico escogió como escenario para ambientar su interesante historia novelada.
Contrario a Balaguer, el escritor Caamaño Castillo sostiene que el nombre correcto debe ser “Comendador de Lares”, que responde más exactamente al título nobiliario de que se hallaba investido Ovando. Nosotros, en tanto, en lo que esperamos la aparición del algún rayito de luz que ilumine nuestras mentes sobre ese particular, nos referiremos a la capital de Elías Piña como Comendador, que es su nombre oficial.
“En 1780, el Gobernador Joaquín García Moreno dispone el cambio de nombre del hato de El Duán por el de Comendador, para honrar a Frey Nicolás de Ovando, conquistador de la isla y autor de la matanza de Jaragua”, refiere Caamaño Castillo, al referirse a la fecha en que a Comendador le fue fijado ese nombre español.
Sin embargo, esa afirmación confronta una dificultad evidente, y es que en la fecha que propone, el gobernador de la colonia española de Santo Domingo lo era el brigadier Isidoro de Peralta y Rojas, quien gobernó entre 1779 y 1785. García Moreno, al que se refiere el conocido escritor comendadorense, ejerció esas funciones entre 1785 y 1786 y (1789 - 1801), según las relaciones de gobernadores de Santo Domingo que han sido publicadas hasta ahora.
Tan temprano como en 1508, un informe de una comisión gubernamental daba cuenta del alto potencial del valle de San Juan (que incluye el territorio de Comendador, Las Matas de Farfán. El Llano y Bánica) para el desarrollo de la ganadería. Ese gran despegue del ganado en esta región se produjo entre 1530 y 1540, cuando la ganadería sustituyó la minería como actividad económica en nuestra isla.
Entre 1605 y 1606, la zona de Comendador sufrió los efectos de las evacuaciones forzosas realizadas en la región por las autoridades de la isla, con la anuencia de la Corona Española, con el propósito de ponerle fin al comercio ilegal con piratas franceses, ingleses y holandeses que se aproximaban a las costas del Norte y el Oeste a intercambiar productos con los habitantes.
Y es que en esta zona, el ganado se desarrollaba libremente en sabanas extensas y con abundancia de hierba y agua. Los informes de la época señalan que gran parte de ese ganado se descarrió por la Planicie Central (ahora territorio haitiano), lo que motivó que a raíz de las llamadas •Devastaciones de Osorio”, esa zona les sirviera de escenario a los famosos “bucaneros”.
Sin embargo, todo parece indicar que el real inicio de Comendador como poblado no indígena se produjo precisamente a raíz de ese hecho funesto, a juzgar por informaciones que dan cuenta de la presencia de negros cimarrones en la demarcación de “El Duan”. Además de los negros cimarrones, en la zona incidían criollos de origen español que se habían negado a obedecer la orden de evacuación dictada por las autoridades.
“A principios del siglo XVII, durante el gobierno de Antonio Osorio, en la época del insólito acontecimiento de las Devastaciones de Osorio, Bartolomé Farfán de los Godos fue asignado por dicho gobernador para realizar el canteo del ganado existente en la parte occidental de la isla. En sus andanzas por la región sur, Bartolomé Farfán tomó posesiones de propiedades, esclavos y grandes extensiones de terreno en los cuales dejó algunas pertenencias”, se lee en un trabajo publicado por el portal de internet rincondelvago.com.
Una arraigada tradición que se remonta a esa época funesta, da cuenta de que el capitán Farfán de los Godos se dedicó a cazar ganado silvestre con el que creó una gran hacienda que abarcada gran parte del territorio donde están Las Matas de Farfán, Comendador y El Llano, para lo cual se hizo ayudar de españoles que se habían negado a abandonar la zona y de esclavos cimarrones.
“En el acta instrumentada por el escribano Don Gaspar de Azpichueta el 11 de Octubre de 1606, dando informe sobre los esclavos negros que se habían alzado en las montañas por motivo de las devastaciones del Gobernador Antonio de Osorio, plantea que este ordenó a cuadrillas armadas recorrer las áreas circunvecinas a las poblaciones de la Yaguana, Guaba, Sabana y Bánica, logrando detectar en el lugar conocido como El Duan, antiguo nitaíno del cacicazgo de Jaragua, a un grupo de esclavos pertenecientes a la etnia de los Bambara, mientras preparaban su alimento tradicional al que denominaban chen-chen”, refiere Caamaño Castillo en el trabajo ya citado.
Citando la “Descripción geográfica, física, civil y política de la parte oeste de la Isla de Santo Domingo”, del cronista francés Moreau de Saint Mery, Caamaño Castillo aporta otro detalle sumamente interesante: “Los Bambaras, al decir de los escritores Aguirre Beltrán, Alberto Vázquez Figueroa y Carlos Esteban Deivi, era un grupo étnico nacido de la unión de miembros de la etnia Mandinga con los de la etnia Bevisi, cuya ubicación en África se localizaba a orilla del rió Níger, donde se dedicaban al cultivo del maíz y a la práctica animista”, refiere.
“Este hecho, que puede considerarse aislado, es probable, que al pasar el tiempo se constituyera en el primer eslabón, en la introducción de expresiones de la lengua cróele que tendría mayor arraigo, no solo por ser un elemento gastronómico, sino también por su uso, en actividades de carácter mágico-religiosa, como el gagá, el vudù, entre otros elementos del sincretismo cultural haitiano”, agrega Caamaño Castillo, basado en la misma fuente.
A propósito de los bucaneros, reportes de la época indican que muchos de ellos eran propietarios de sus animales, mientras que otros trabajaban de manera compartida, manteniendo un porcentaje de los terneros nuevos. Algunos Vivian en ranchos y dependían de perros entrenados para cuidar los animales durante el día, mientras que la noche los encerraban en corrales construidos para esos fines.
“Su ejercicio común es pelear con animales salvajes, matando toros con lanzas para obtener el cuero, domesticando salvajes y mulas y matando cerdos para carne. Ese estilo de vida hacía la gente casi inhumana y áspera, algunos de ellos plantaban un pequeño jardín”.
La cita anterior es del libro “Descripción de la isla española o de Santo Domingo, 1699”, de Araujo y Rivera. “Solo aquellos que tenían esclavos plantaban cualquier cosecha…Ellos vivían en los bosques y campos en forma bárbara, en lugar que ellos llamaban bujíos”, agrega ese autor, refiriéndose al modus operandi de los bucaneros que merodiaban en la parte céntrica de la isla.
El gobernador Antonio de Osorio (1597-1608) fue sustituido por Diego Gómez de Sandoval (1608-1624), quien hubo de aplicar medidas tendentes a mejorar los hatos existentes, que constituía el único medio de bienestar económico. El escritor Caamaño Castillo sostiene que con el discurrir de los años, específicamente durante la gestión del gobernador Joaquín García Moreno (1785-1786), “El Duán” fue convertido en un hato, como ocurrió con otras comunidades de la región.
“Todo lo que hemos recorrido y descrito de San Rafael al pequeño Yaque (río Yaque del Sur)…es a la fecha usado solo para crianza de ganado vacuno, intencionado en gran parte para aprovisionar la colonia francesa…”, indica Moreau de Saint Mery, en su “Descripción Topográfica y Política de la parte Española de Santo Domingo”.
En 1785, Antonio Sánchez Valverde urgió al gobierno de la colonia española de la isla a mantener la industria del gobierno vacuno, notando que había sido, “para el tiempo del principio de nuestro descenso, el único apoyo para La Española”. Moreau de Saint Mery describió los hatos como “posesiones inmensas…donde caballos y ganados son criados con poco cuidado”.
A partir del 1801, Haití llevó a cabo una política de agresión constante contra la parte Este (hoy República Dominicana), lanzando repetidas invasiones entre esa fecha 1856. Por supuesto, este período de continua hostilidad limitó el desarrollo de las actividades económicas en Comendador, y preparó el camino para que en la segunda mitad del siglo 19 la zona se convirtiera en refugio de revolucionarios, tanto dominicanos como haitianos.
Como consecuencia del paso devastador de los ejércitos haitianos, Comendador y los demás pueblos de la región fueron demolidos repetidamente, y el ganado fue matado brutalmente por los ejércitos haitianos, tanto en el avance como en la retirada. Comendador sufrió la peor parte en ese aspecto, por estar ubicado precisamente junto al camino real que comunica al Este y el Oeste.
Al Oeste de Comendador, colindando con Haití, está el famoso cerro de Cachimán, donde se produjeron varias batallas y escaramuzas militares durante la guerra de independencia, destacándose en ellos el general Antonio Duvergé y el propio coronel Elías Piña.
En el año 1844, cuando se fundó la República, Comendador era una sección y a la vez puesto cantonal de Las Matas de Farfán, que para entonces era común de Azua, una de las cinco provincias en la quedó dividido el naciente Estado.
Varios autores sostienen que aunque los orígenes de Comendador se remontan a siglos atrás, su verdadera fundación como pueblo ocurrió en 1868, coincidiendo con el inicio de la llamada Guerra de los Seis Años de José María Cabral contra el gobierno de Buenaventura Báez y sus pretensiones de anexar el país a los Estados Unidos.
La importancia de Comendador a finales del siglo 19 era tal que antes de que terminara ese lustro, la demarcación fronteriza fue dotada de una aduana central, con sendas sucursales en El Cercado y Bánica.
En 1907, cuando la división político basada en puestos cantonales y distritos fue sustituida por comunes, el poblado de Comendador pasó a ser una común de la provincia de Azua, alcanzando la misma categoría de Las Matas de Farfán, demarcación a la que había pertenecido hasta ese momento. Al año siguiente, en 1908, fue elevada a la categoría de municipio de la misma provincia.
El 29 de noviembre de 1930, durante la primera oleada de cambio de denominaciones y jurisdicciones realizadas por la incipiente dictadura de Trujillo, la común de Comendador perdió su nombre colonial y pasó a llamarse Elías Piña, en honor a un coronel nacido en el paraje La Margarita, actual sección de Puello, que se había destacado en la primera fase de la guerra de independencia.
En 1938, al crearse la provincia Benefactor (ahora San Juan), Comendador también fue segregado de Azua y pasó a formar parte de la nueva demarcación provincial, la cual hacía frontera con Haití. Sin embargo, en 1942, dentro del programa de "dominicanización de la frontera", se creó la provincia San Rafael, nombre que posteriormente fue sustituido por el de Estrelleta y que el 29 de mayo de 1972, mediante Ley número 342, fue cambiado por Elías Piña.
Entre 1944 y 1954 fueron inauguradas decenas de obras, entre ellas el Palacio Municipal, la escuela básica Juan Pablo Duarte, la Fortaleza Estrelleta, la cárcel pública, la Casa Presidencial o Mansión de Trujillo, el Palacio de la Policía, la iglesia p...Ver más
En esos tiempos, y por disposición del gobierno de Trujillo, llegaron a Comendador funcionarios provenientes de diferentes puntos del país y de la región para trabajar en las aduanas, juzgado de paz, junta electoral, oficialía civil, rentas internas, entre otras áreas no menos importantes, sentando así las bases para que los habitantes de la demarcación quedaran incorporados efectivamente al quehacer cotidiano de la República Dominicana.

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